Protesta pidiendo la renuncia de Dina Boluarte en Arequipa.. Imagen: AFP.

Mediante un decreto supremo, el Gobierno de Perú ha declarado este sábado el estado de emergencia en tres regiones, dos provincias y un distrito del país.

La medida empezará a regir a partir del 15 de enero, por un término de 30 días, y tendrá efecto en los departamentos de Puno, Cusco, Lima, en la provincia constitucional del Callao, en la provincia de Andahuaylas del departamento de Apurímac, en las provincias de Tambopata y Tahuamanu del departamento de Madre de Dios, en el distrito de Torata, y en la provincia de Mariscal Nieto del departamento de Moquegua.

“La Policía Nacional del Perú mantiene el control del orden interno, con el apoyo de las Fuerzas Armadas”, señala el decreto.

De igual manera, el gobierno de Dina Boluarte ha ordenado la inmovilización social obligatoria (toque de queda) en la región Puno, que entra en vigor por el término de 10 días y determina que todas las personas deberán permanecer en sus domicilios desde las 8:00 p.m. hasta las 04:00 a.m.

Este sábado, un grupo de manifestantes se congregó en el distrito limeño de Miraflores para sumarse a las protestas en contra de la administración de Boluarte: partieron desde la plaza San Martín y caminaron por un carril de la avenida Arequipa hasta llegar al distrito. Durante la movilización se registraron enfrentamientos y cruce de palabras entre los manifestantes y la Policía, según informó el diario La República.

Mientras tanto, otro grupo ya se encontraba reunido en el parque Kennedy desde horas de la tarde, donde se realizó una vigilia por las víctimas mortales de la represión en los últimos días.

Después de varios días de silencio encerrada en Palacio de Gobierno en medio de una crisis que se agrava con protestas antigubernamentales que crecen y una represión que suma muertos, la presidenta Dina Boluarte reapareció en la noche del viernes. “No voy a renunciar”, señaló en un mensaje al país, en respuesta a las masivas movilizaciones y las voces que se suman demandando su renuncia después de más de cuarenta muertos por la represión gubernamental.

En un gesto para intentar bajar la indignación popular por las muertes de la represión, pidió perdón, pero lo hizo sin reconocer excesos en la represión. “Sin en algo nos hemos equivocado, pido disculpas”, dijo. Acompañó esas tímidas disculpas con la repetición de acusaciones contra los manifestantes, a los que calificó de “violentistas y radicales”. Relacionó las protestas con “sectores extremistas” y las atribuyó a “azuzadores”.

Fue un discurso que difícilmente contribuya a apaciguar el desborde de indignación popular, que estalló en el sur andino después de la destitución y encarcelamiento en diciembre del expresidente Pedro Castillo, y que se viene extendiendo al resto del país, incluyendo Lima. La renuncia de Boluarte y el adelanto de elecciones para este año -programadas para abril de 2024- son demandas centrales de las protestas.

(Con información de RT y Página 12)