Guillermo Avilés (Agricultores) y Alexander Pozo (Portuarios). Foto: Ricardo López Hevia.

Puede resultar contradictorio, pero así de rica es la pelota y de increíble una Liga Élite como la que vive su postemporada en Cuba. Dos nocauts en una misma jornada de semifinales presenciamos este jueves, cuando supuestamente anda concentrada la mejor calidad del país: Portuarios 14-4 a Centrales y Agricultores 13-2 sobre Tabacaleros. ¿Qué lectura deja tanta ofensiva? ¿Qué podemos esperar en lo adelante? ¿Excepción o regla lo visto?

En el estadio Victoria de Girón todo parecía encaminarse a una segunda victoria de la tropa de Armando Ferrer tras explotar en el mismo primer inning al abridor Pavel Hernández con racimo de cuatro carreras. Quien vio hasta ahí y cambió el televisor para el otro desafío se sorprendió enormemente 20 minutos más tarde.

El picheo anfitrión hizo aguas desde el tercer capítulo y por ahí mismo entraron los Portuarios. El abridor Dariel Góngora no pudo esta vez dominar a la tanda mayabequense-industrialista como lo hiciera en la etapa clasificatoria, como tampoco lo hicieron otras cuatro relevistas (Eriel Carrillo, Noelvis Entenza, Naykel Cruz y Randy Cueto), quienes pasaron por el box sin encontrar la fórmula mágica de dar ceros en la pizarra.

Alexander Pozo de 4-3 y cinco remolques,y Oscar Valdés con cuatro imparables en cinco turnos más dos impulsadas, tomaron el papel de líderes en la escuadra que dirige Michael González. En tanto, Marcos Ortega tiró un relevo largo de cuatro entradas y apagó el ímpetu inicial, para dar paso luego a Pedro Álvarez, quien sacó los últimos seis outs.

Con la serie igualada a dos,estos equipos volverán a enfrentarse en el Nelson Fernández desde el sábado, pero antes hay más interrogantes. ¿Cómo es posible que tanto bateo –CEN (338) y POR (304)– solo haya dejado ocho extravases (siete dobles y un triple) en par de juegos? ¿Siguen perdidos los jonrones a pesar de la pelota viva con que se está jugando? ¿Podrán los terceros y cuartos hombres en la rotación de picheo detener en algo el sonido de los maderos?

Enfocado en ganar y convencer

A 590 kilómetros al este, en el parque Mártires de Barbados, de Bayamo, la tropa de Agricultores se calentó demasiado rápido con el sol y sacó fuera de combate a unos Tabacaleros que mandaron a la lomita a su mejor carta, Yunieski García, quien no pudo hacerse justicia por más que el mentor Alexander Urquiola le dio toda la confianza del mundo a ver si avanzaba.

La trituradora ofensiva que dirige Carlos Martí no creyó en eso, y concluido el primer tercio ya había pisado el

home

ocho veces, con jonrón de Yosvani Alarcón en el primer episodio. Su primer hombre del

staff

de picheo, César García, parecía estar lanzando con el traje de Granma y en sin gota de nervios o tensión. Apenas permitió dos carreras (una de ellas por cuadrangular de Leonardo Urgellés) en seis

innings

.

Por Agricultores toda la alineación conectó sencillos, con la excepción de Andrés de la Cruz. El inicialista Guillermo Avilés decretó el KO con un

swing

de vuelacerca por el derecho, que empujó a Rafael Viñales e Iván Prieto desde las almohadillas. Vimos un conjunto Tabacaleros bastante disminuido con su picheo y esa es su principal arma.

Por tanto, aquí van las preguntas construidas desde los aficionados ¿Podrá ese equipo pinareño-artemiseño ganar un encuentro en casa de sus rivales con un picheo abridor que no camine? ¿Quién le pondrá el cascabel al gato en cuanto al picheo de relevo de Tabacaleros: Moinello o Raydel, inscritos por su director antes del 4 de enero, pero que solo lanzarían en la final si gana este

play off

? ¿Apunta como motivación mayor para Agricultores la asistencia a la venidera Serie del Caribe?

Este duelo se repetirá en el mismo escenario este viernes. Ojalá y tanto a ese parque como al Nelson Fernández, de San José de Las Lajas, le florezcan más aficionados para aplaudir a esos protagonistas del espectáculo. Ya de por sí jugar a las dos de la tarde es fuerte y merece aplausos. Es evidente que el espectáculo de esta Liga Élite sigue perdido y casi a punto de ser enterrado.