Scaloni y Messi abrazados después de eliminar a Países Bajos en los cuartos de final. Foto: Natacha Pisarenko / AP

El Mundial llega a sus semifinales y la expectación en Argentina crece, si es que todavía queda margen para eso.

En Doha la FIFA ha encontrado la solución: ha cambiado la sala habitual para efectuar las ruedas de prensa por un inmenso auditorio y dar cabida así a los periodistas que siguen a la albiceleste, que son multitud, más aún cuando se mezclan con los enviados especiales de todo el mundo, atraídos por el equipo que lidera Leo Messi.

Detrás de Messi y a otra escala va emergiendo la figura de otro Lionel, en este caso Scaloni, el seleccionador. A ambos les está yendo muy bien juntos en este Mundial pero el vínculo viene de antes, juntos ganaron la Copa América del 2021, y juntos de alguna manera han ido edificando una nueva selección, renovadísima como demuestra un dato revelador: la albiceleste cuenta en sus filas con 19 jugadores que nunca disputaron la Copa del Mundo.

El propio Scaloni es el técnico más joven de los que llegaron a Catar, con 44 años.

A parte del nombre (Messi se llama así porque a sus padres les gustaban las canciones de Lionel Richie), a jugador y entrenador les unen sus orígenes. Ambos son de la provincia de Santa fe, el primero nació en Rosario y el segundo en Pujato, separadas las dos localidades solo por 40 kilómetros. Si Messi jugó cinco años en las categorías inferiores del Newell’s Old Boys, Scaloni lo hizo en el primer equipo en una docena de partidos antes de dar el salto al Estudiantes y finalmente a la Liga española. En el Deportivo dejó mucha huella.

Pero dos personas pueden tener la misma procedencia y no conectar. Scaloni y Messi coincidieron en el Mundial de Alemania del 2006 como futbolistas bajo las órdenes de José Pekerman. Jugaron poco y Argentina fue eliminada en los cuartos ante el equipo anfitrión.

Fue a raíz de su convivencia como seleccionador y capitán cuando los lazos se fortalecieron. Scaloni, al principio interino en el cargo (solo había sido segundo de Sampaoli en el Sevilla y técnico de la Sub-20), se sirvió de su ayudante Pablo Aimar, ídolo de infancia de Messi, para reclutar de nuevo al diez para la causa, frustrado como estaba por los continuos golpes anímicos sufridos con la albiceleste.

El acercamiento funcionó y ahora Messi valora del seleccionador varias virtudes. “Le gusta cómo vive el fútbol, cómo dialoga con los jugadores, su cercanía y su honestidad. También cómo prepara los partidos y cómo interviene cuando se juega”, cuenta una fuente cercana a Messi.

#SelecciónMayor Comienza la conferencia de prensa del entrenador @lioscaloni 🎙️🇦🇷 pic.twitter.com/tKMHMOmJic

— Selección Argentina 🇦🇷 (@Argentina) December 12, 2022

Por encima de consideraciones tácticas, en Argentina se resalta de Scaloni la naturalidad que transmite en los momentos más críticos, que han sido todos desde que la selección debutó con derrota ante Arabia Saudí. Cada partido ha sido a cara o cruz a partir de ahí. Bajo un clima de tensión máxima, Scaloni ha sabido rebajar el estrés de un grupo joven que representa a un país que vive el fútbol con una pasión a veces paralizante.

Scaloni habló ayer de Messi y de su liderazgo: “Ese no es un mérito del técnico, es mérito de él. Da gusto verle con esas ganas de seguir jugando a la pelota, qué envidia da”. Y volvió a huir de análisis tremendistas, reivindicando una visión menos dramática del fútbol: “La ilusión de ganar este Mundial es la de todos los argentinos. Este equipo juega para ellos. Haremos lo posible pero el deporte va de ganar o perder”. A propósito de eso, Scaloni se puso serio para defender a su equipo de las críticas que le acusan de camorrista tras la tensión vivida ante Países Bajos: “No compro eso de que no sabemos ganar ni perder. Perdimos ante Arabia y nos fuimos calladitos al hotel. Ganamos la Copa América y ahí quedó la imagen de Messi y Neymar sentados en la escalera de los vestuarios, hablando”.

Scaloni contará hoy con Di María y De Paul, recuperados. Tagliafico cubrirá la baja de Acuña, sancionado.

(Con información de La Vanguardia)