Los brasileños celebran el gol de Richarlison, el tercero de los cuatro que hizo la selección sudamericana en el primer tiempo contra Corea del Sur. Foto: Reuters.

Con goles de Vinicius (7’) y de Neymar (13’, penal), Brasil había sentenciado el partido con Corea del Sur muy temprano en la primera mitad. Pero en el 28’ se sumó Richarlison, controlando el balón con toques de cabeza en la frontal y clavándolo en la puerta coreana tras una rápida pared brasileña en plena área de los asiáticos.

El juego ya pintaba para goleada y los sudamericanos no se daban por satisfechos, seguían buscando más y se imponían en el terreno, mientras en el Estadio 974 se escuchaban como sonido ambiente los cantos de la torcida brasileña y dominaba el verdeamarillo.

Corea había hecho lo suyo, pero Alisson respondió, como en el minuto 17, cuando se estiró hasta la escuadra y dio un paradón al disparo de más de 20 metros de Hwang Heechan. Y en el 31’ otro paradón, cuando Hee-chan tiró desde cerca al primer palo y el portero del Liverpool la detuvo con el pecho.

En el 36’, otra vez Brasil en un contragolpe de fantasía. Richarlison la entregó a Neymar luego de una carrera, este la dio a Vinicius, que por el aire y por encima de la defensa coreana la entregó a Paquetá, quien llegando desde atrás la encajó cómodamente en el arco de Corea. El marcador subía a 4-0, y tal como iban las cosas, nadie esperaba que ahí quedara.

Paquetá tendría otra oportunidad clara pasado el 45’, de cara al portero Seung, que logró rechazar el balón. Otra clara para Brasil en el 47’, cuando Raphinha intentó sin éxito rematar un centro de Vinicius desde izquierda, y otra vez en el 49’ Richarlison lo tuvo, pero Seung atajó y evitó el 5-0.

Brasil seguía asediando la puerta coreana y no dejaba hacer mucho a los asiáticos, que seguían intentando y no se encerraban atrás.

Así terminó el primer tiempo, en el 45+5: Brasil mandando y paseando el jogo bonito en Catar, con goles repartidos y en entregas diversas: desde lejos por aire, en penal, en contragolpe y con jugada de combinación dentro del área; con posesión de 57.3% (42.7% para Corea del Sur), 10 disparos totales (cuatro por Corea) y seis disparos dentro de los tres palos (tres por los asiáticos).

En el segundo tiempo, más tranquilo, con un Brasil sin prisa pero no conformista, parecía que tocaba el turno a Raphinha, que en el 53’ se acercó por la derecha y disparó raso, pero Seung atajó. Corea del Sur seguía intentando y acercándose a la puerta brasileña, pero los sudamericanos recuperaban e iban al contrataque.

En el 62’, otra vez oportunidad para Raphinha, habilitado por Neymar, pero nuevamente Seung rechazó el disparo desde derecha y muy cerca, que era casi gol cantado. En el 67’ casi llegó el de Corea del Sur: un centro desde izquierda, rechazo y un disparo potente de Hee-chan Hwang desde casi la frontal, que hizo lucirse a Alisson y dar un rebote que echó afuera la defensa brasileña.

El 77’ fue finalmente el premio para los asiáticos. Cobro de falta desde la derecha, rechazo en la barrera frente a la puerta brasileña y trallazo de Paik, imparable para el arquero brasileño. El marcador cambió a 4-1. Se animó la grada coreana y el partido volvió a cobrar algo de interés, el once de Corea del Sur subió el ritmo y se repartieron más las opciones entre los dos equipos.

Nada relevante sucedió hasta el final de los cuatro de alargue. Brasil arrolló a Corea del Sur y pasó a cuartos de final, enviando de paso una señal de peligro a Croacia (su rival en cuartos, el viernes 9) y a los grandes aspirantes a la Copa en Catar 2022.