El juego alegre de los Gladiadores incluyó goles espectaculares. Foto: Otoniel Márquez.

El fútbol parece un juego totalmente distinto tras la increíble racha de triunfos de los Gladiadores de Artemisa. Mientras el Mundial de Catar enloquece al planeta, una cancha artemiseña abriga la pasión de un grupo de chicos que buscan ceñirse una corona.

Nadie contaba con los muchachos de esta joven provincia, pues tradicionalmente los titulares los merecían Villa Clara, La Habana, Cienfuegos y, en los últimos tiempos, el conjunto de Santiago de Cuba.

Sin currículo alguno, los dirigidos por Reinaldo Torres discutieron la final del Torneo Apertura, luego de realizar una campaña ilusionante. Ya en esa prueba, fueron superados por los Diablos Rojos santiagueros.

Semejante desempeño les valió el respeto de sus adversarios en el Torneo Clausura. Sin embargo, diversas causas propiciaron un inicio decepcionante; parecían volver a la era de cuando perdían más de lo que ganaban. Entonces, el director técnico advirtió que podían recuperarse.

Aludió a la demora en el comienzo de la preparación, incluso con solo una parte del equipo, y a haber perdido a varios efectivos valiosos por diversas razones. Tan pronto recuperaron efectivos y pudieron entrenar juntos, hilvanaron victorias partido a partido.

Ningún jugador es tan bueno como todos juntos. Foto: Otoniel Márquez.

Incluso a los rivales directos, los más encumbrados en la tabla de posiciones, los anularon por completo. Derrotaron 1-0 a Camagüey, 2-0 a La Habana y 3-0 a sus archiverdugos de Santiago, como colofón de la remontada.

Cierto, los delanteros ganan partidos. Los defensas ganan campeonatos. ¡Bravo por esa defensa férrea, y por la defensa colectiva! ¡Bravo por atacar siempre, que es la mejor defensa!

La puntería de Artemisa mejoró, y cerraron con 29 goles a favor. Foto: Otoniel Márquez.

El desquite

La cancha de Grandes Alamedas, en Ceiba del Agua, Caimito, se ha convertido en “el teatro de los sueños” del once local. Sobre el bien cuidado césped de la formidable instalación todos los visitantes han sido batidos.

Su goleada a Santiago de Cuba resultó la prueba definitiva de que la máxima aspiración es posible. Desplegaron fe, garra, coraje y talento. Los Diablos Rojos, por el contrario, parecieron indefensos angelitos ante ellos, y cedieron la cima del certamen.

Probablemente, los santiagueros sintieron que la película estaba al revés: su currículo y cartel de favoritos, su dominio durante todo el evento y el anterior Torneo Apertura, sus goleadas al propio once artemiseño… fueron borrados en un santiamén en Grandes Alamedas.

No estaban sobre la cancha sintética del estadio Antonio Maceo, sino en el sitio donde irremediablemente yacerían su liderazgo y poderío. Fue su primera apreciación al llegar: el terreno que torna a los Gladiadores invencibles.

Apenas tenían tres dianas en contra, y esa tarde vieron como el Romario artemiseño (Torres) perforaba sus redes en par de ocasiones, en el minuto 24 y en el 74. Hasta sufrieron un autogol de Erick Rizo. Pero pudieron lamentar muchos más; esa es la verdad.

No nos conformamos con la medalla de plata; iremos por más. Foto: Otoniel Márquez.

Y el desenlace

Una jornada después, los Gladiadores tampoco creyeron en que La Habana jugaba en La Polar, y allí mismo le clavaron una estocada demoledora. Sepultaron las ilusiones capitalinas de llegar a la final, al tiempo que satisfacían el deseo de los artemiseños de incluirse en esa instancia.

De inmediato se recuperaron del gol de Magdiel Nodarse en el minuto 19, con anotaciones de Osniel Ramos, en el 25, y Pedro Bravo, en el 35. Si todavía soñaban con remontar, Yasnay Rivero descorazonó a los anfitriones con la sentencia en el 80 y el 93.

Aún quedaba la última fecha, y esa tarde hubo fiesta en la propia cancha. Fue un espectáculo de goles ante Las Tunas. De ese modo, cerraron la etapa clasificatoria como líderes del Torneo Clausura de la 106 Liga Nacional de Fútbol.

¡Un lujo de función! Ningún jugador es tan bueno como todos juntos, y el coro artemiseño estuvo tan afinado… que se repartieron el papel protagónico: Yasnay Rivero anotó doblete (en el 8 y el 54), Lázaro Noel Ramos en el 40, Romario Torres en el 56, Jorge Armelo en el 59, Víctor Manuel Díaz en el 62 y Yoelvy Cardoso en el 70.

Por los del Balcón del Oriente cubano, Cristian Valiente descontó de penalti en el 81. ¡No pareció que hubiera ocurrido en ese partido! Nada restó un ápice de felicidad a estos chicos, que solían vencer con talento, garra, ayuda mutua entre todas sus líneas, precisión y pocos goles, pero que le han tomado el gusto a perforar las redes contrarias.

Entre tanta obra maestra de regates, paredes y pases exquisitos, de acordes mágicos para anotar, quizás la nota más alta fue el tiro libre directo de Armelo, que desconcertó al cancerbero visitante.

Al finalizar su último concierto, los dirigidos por el maestro Reinaldo Torres totalizaron 33 puntos, tras 11 éxitos y tres deslices. Les siguen Santiago de Cuba, con 32 puntos, Camagüey (28) y La Habana (25).

La destreza de Artemisa mejoró en los compases finales. Con 29 a favor y 14 en contra, la diferencia de goles muestra un balance positivo de 15, solo superado por los Diablos Rojos. Y Yasnay Rivero, con la diana 20 recién marcada, lideró a los goleadores.

Tan pronto recuperaron efectivos y pudieron entrenar juntos, hilvanaron victorias partido a partido. Foto: Otoniel Márquez.

No nos conformamos con plata

Dicen que el fútbol es una de las más benévolas religiones. Los Gladiadores creen: se aferran a la esperanza hasta con los dientes, sobre todo con los goles necesarios.

El próximo sábado 3 de diciembre sabremos cómo quedan sus ilusiones, tras el partido de ida de la final en Santiago, donde deben ganar o –al menos– contener la furia goleadora de los anfitriones. Así llegarán con mejores opciones al partido de vuelta el sábado 10 en Artemisa.

Los pupilos de Reinaldo Torres van a por todas. Incluso el sábado 17, en los predios de quien gane la final, se disputará la Supercopa también entre ambos, como respectivos vencedores de los torneos Apertura y Clausura del Fútbol Cubano.

El defensa central Osmín Hernández se perdió los más recientes partidos, por acumulación de tarjetas amarillas. “Nuestro trabajo en defensa viene de años: jugamos juntos desde la Eide; nos conocemos de memoria. Yo me sacrifiqué, pero ahora podré jugar la final”.

Jorge Armelo, el lateral zurdo, confía en que “no es imposible ganar allá. ¿Lo sucedido antes sobre el terreno sintético en Santiago? De los errores se aprende. ¿Qué hacemos? Seguir preparándonos para lograrlo”.

Mientras, Orlando Calvo, el lateral derecho y capitán del equipo, asegura que “vamos a poner mucha entrega y ganas. Somos un colectivo donde defendemos todos y atacamos todos, como un grupo, con la unidad que nos caracteriza”.

Y Osniel Ramos, mediocampista, lo secunda: “Este equipo se distingue por la hermandad, la humildad, el compañerismo. Somos una familia”.

La victoria ante Santiago fue el colofón de la remontada. Foto: Otoniel Márquez.

Entretanto, Yasnay Rivero señala que “estamos muy contentos de arrancarnos esa espinita de no ganarle a Santiago. Esperamos que este sea el momento de vencerlos también allá y darle el alegrón a la provincia”.

Reinaldo Torres, el director técnico, advierte que “este es un equipo para mucho tiempo. Los muchachos tienen juventud y los que llegan de la EIDE han demostrado buen nivel. Nos queda preparar el partido y dar la cara. Queremos hacerle un regalo a Artemisa. Es la primera medalla de la provincia al nivel de primera categoría, y no nos conformamos con la de plata; iremos por más”.

Tabla final de la clasificación.

Tabla de goleadores.