El pago de tributos oxigena la marcha de la economía nacional. Foto: Invasor

Si se quiere tener una idea de la magnitud y trascendencia del “mapa de impagos” a las oficinas de administración tributaria de Ciego de Ávila, bastaría una mirada a las acciones que se despliegan en el territorio para controlar el cumplimiento de los deberes y obligaciones de los contribuyentes.

El Grupo Provincial de Enfrentamiento, en el que se incluyen la Dirección Provincial de Finanzas y Precios y la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), entre otros, acude sistemáticamente a los escenarios en los que se desempeñan las personas naturales y jurídicas que deben aportar al Presupuesto del Estado.

Hasta el cierre de septiembre, solo la fiscalización a 19 Declaraciones juradas de Trabajadores por Cuenta Propia (TCP) arrojó que habían dejado de pagar al fisco un monto total ascendente a 14,7 millones de pesos. Los implicados pasaron a diferentes adecuaciones de la deuda, de la cual ya se ha recuperado el 80 por ciento, según dijo a Invasor Beatriz Ramos Ibarra, directora provincial de la ONAT.

Precisamente en septiembre, la visita de la Ministra de Finanzas y Precios tuvo como objetivo el trabajo de los organismos fiscalizadores en la búsqueda de mayores ingresos al presupuesto estatal.

Llama la atención que 9950 contribuyentes–que debían tributar todos los meses–, no lo hicieron en el tiempo establecido; de ellos, se ha actuado sobre 9745, pero hasta el momento solo 5931 pusieron sus cuentas en regla.

Otra arista del trabajo abarca la detección de ilegales. “Hasta el momento sumamos 88, eso no quiere decir que la cifra se reduzca a esa cantidad”, agregó.

También muestra vulnerabilidades el consiguiente pago de privados, que incumplen con el desembolso al presupuesto del 10 y el 5 por ciento del cheque que reciben luego de prestar servicios a entidades.

“Al no pagar, renegociar o recurrir la deuda en el término establecido —15 días después de notificada—, la oficina tributaria inicia un procedimiento de vía de apremio, donde se le incrementa esa deuda en un 5 por ciento y se embargan las cuentas fiscales y bienes susceptibles”, precisa Ramos Ibarra.

A todas luces, el problema no está en la declaración jurada (aunque también), sino en el posterior pago de los tributos. En 2021 la campaña fue calificada de exitosa

Una de las prioridades es la revisión y fiscalización del trabajo de los TCP en los llamados puntos de concentración en cada municipio, en los cuales se hace el levantamiento de los concurrentes, se revisa la documentación y, sobre todo, se comprueba “que estén al día con sus aportes”.

Ejemplifica la directiva las anomalías en esos escenarios: una visita de la ONAT al Complejo Parque Zoológico, de la capital provincial, identificó precios abusivos, venta ilegal de cigarros y mercancías de dudosa procedencia.

Tampoco escapan de los pagos a destiempo entidades estatales, como son los casos de las empresas de Producciones Varias y Farmacias y Ópticas, cuyas cuentas en la cabecera provincial han sufrido embargos preventivos, hasta tanto depositen lo debido.

En un escenario cada vez más complejo —el número de contribuyentes ya supera la cifra de 19 000— repercuten la desinformación de aquellos implicados que desaprovechan las vías para estar al tanto de las normativas de la ONAT y la carencia de recursos, entre otros obstáculos.

“Los campesinos se quejan de que se les está dando la documentación en una memoria para que ellos impriman su vector fiscal y vayan a pagar al banco, pero es que nosotros no tenemos otra forma y las Oficinas de Trámites, que inscriben a los contribuyentes, tampoco”, recalca Ramos Ibarra, al tiempo que refiere las incidencias provocadas por las dificultades en los cajeros automáticos que, además, no funcionan en la totalidad de los municipios y están a merced de la disponibilidad eléctrica.

El impago de los tributos, no obstante, es noticia vieja en Ciego de Ávila. Ya en 2021, tal cual publicamos en abril pasado, nueve cuentapropistas habían sido juzgados en la Sala de lo Penal, al haberse determinado sus deudas y vencido el plazo del requerimiento para el pago. En esa oportunidad, el adeudo se computó en más de cinco millones de pesos.

Dicho y redicho, el pago de tributos oxigena la marcha de la economía nacional e impulsa el desarrollo de programas sociales y económicos esenciales, de ahí la impostergable tarea de “apretarles las clavijas” a los infractores.

(Tomado de Invasor)

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