Están calientes las redes de los adversarios, quejosos con las elecciones del domingo. 

Empecemos por las mentiras, las fake news que es nuestro trabajo. Basta con oír un fragmento de lo que dijo mientras transcurrían las elecciones, Mario J. Pentón, quien habla en su reporte de fraude, falsas elecciones y récord de baja asistencia a las urnas.

"Sólo adjetivos, epítetos, descalificación. No hay un sólo argumento en todo lo que dice Pentón sobre las elecciones de delegados", dijo Reinier Duardo después de escuchar la diatriba del más activo crítico de Cuba en las redes.

El analista de Chapeando respondió resaltando la calidad y transparencia del proceso, desarrollado bajo las peores condiciones, con todos los indicadores económicos del país deprimidos como consecuencia del bloqueo, las 243 medidas y las campañas en redes más feroces y agresivas que se hayan visto en la historia.

"Aunque por fin reconocen que hay elecciones en Cuba", advirtió Bárbara Betancourt, "pero es absurdo que hablen de récord de abstencionismo por el 68,58 por ciento de participación del padrón electoral". Realmente ese es un índice record sí, pero no ante sí mismo, sino frente a prácticamente todas las elecciones que se realizan en la región y gran parte del mundo.

Es decir, que por más baja que sea la participación con respecto a la tradición en el período revolucionario, siempre será incomparable con la de todo el hemisferio, que en este tipo de elecciones, suele ser muy baja en todas partes, incluyendo Estados Unidos y de manera destacada, en el estado de La Florida, mismo donde habitan los más acérrimos críticos de cuánto hace Cuba.

Un reporte del Guerrero cubano reseñaba los datos de las últimas elecciones en Miami. Dos de los alcaldes más exaltados en las redes anticubanas, alcanzaron sus confirmaciones con índices de participación inferiores al 11 por ciento del padrón electoral, datos que en su momento (2019) fueron comentados con alarma por la "crisis democrática", en la prensa local de la Florida.

Duardo discrepó honestamente de la comparación. En su criterio, las elecciones de Miami no son patrón de nada, y aunque es altísimo el nivel de participación en Cuba comparado con todo el hemisferio y el mundo en general, no hay modo de equipararlos.

Por otra parte, nos debemos un análisis de los factores que influyeron en una participación significativamente más baja que todo el período anterior.

Apuntaría finalmente Baby que en este proceso, salga o no en los números, también se ganó mucho en visibilidad del delegado, interés que ojalá se traslade a su ejercicio, porque hasta ahora, con la crisis de recursos de los últimos tiempos, se dejó muy solos a los representantes del pueblo y eso impacta luego en procesos como éste. Sin embargo, la verdad es que nunca fue más visible su importancia como cuando asumió mil tareas en una, frente a los desafíos de la pandemia.

Y vale apuntar también que en estas elecciones, quizás por primera vez de modo tan abarcador y destacable en los medios, empezamos a ver a los delegados como protagonistas de nuestra democracia.

Pero, volviendo a los números: los del domingo expresan sencillamente una realidad y, por cierto, mejor con mucho a la mayoría de los sitios desde donde postean los críticos.

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