Foto: Cubadebate.

A más de 100 km de la ciudad de Pinar del Río, por un camino obstruido por los árboles caídos, que obliga a desviarse de la carretera principal, está el Consejo Popular Puerto Esperanza, perteneciente al municipio de Viñales.

Justo por donde salió de territorio cubano el huracán Ian, con penetraciones del mar de hasta 80 m, el panorama de este sábado se torna más agradable y brazos solidarios ayudan a levantar el poblado.

El consolareño Raydel Lázaro Guzmán, de 18 años, desde este sábado trabaja en la recuperación de la calle Frank País, la principal del Consejo Popular Puerto Esperanza.

“Estamos ayudando a la población en todo, recogiendo escombros, barriendo, limpiando la calle… Y ellos nos apoyan a nosotros con un poco de agua, café y esas cosas. Deseamos que poco a poco este pueblo de pescadores salga adelante, al igual que el de La Palma, donde trabajan otros compañeros míos”, dice optimista el joven de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), perteneciente a la unidad militar 1228, de la base de San Julián.

Raydel también sufrió los impactos de Ian: “Me llevó el techo de mi casa, ubicada en el poblado de Herradura. El ciclón lo pasé en la unidad, pero mi madre, mi hermano y mi padrastro me cuentan que fue lo peor que han vivido hasta el momento. Aún no he podido ir a verlos. Quiero terminar mis tareas aquí para apoyarlos en todo y salir juntos como siempre de las dificultades”.

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El agua nos entró a la casa a más de un metro de altura

“Una parte de la casa la desbarató completa, derribó la terraza, rompió la ventana del baño. La ropa se mojó toda, parecía una piscina allí dentro”, cuenta Juan Alain Vázquez, viñalero de 37 años.

En cuanto empezaron los vientos fuertes, Vázquez partió junto a su esposa y su niña de un mes de nacida para casa de su tía, muy cerca de la suya. “Solo mi papá se quedó aquí, y en la mejor parte de la casa. Estábamos preocupados por él, pero había que cuidar también nuestras cosas en estos momentos”.

“Nos llegó el alma al cuerpo, cuando luego de horas y horas de azote, pude ver que papi estaba bien”, agregó.

El pinareño insiste en que ahora lo importante es salir adelante y por último agradece los jóvenes de las FAR que trabajan desde esta mañana en el municipio. “Hasta fibras que han encontrado por ahí nos han traído. Están apoyando mucho a todos los afectados”.

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En Puerto Esperanza ya se trabaja en la recuperación

De acuerdo con Oslirio Rodríguez González, presidente de la zona de defensa Puerto Esperanza, en el territorio hay 1521 viviendas afectadas, la mayoría con derrumbes parciales de techo, lo que representa el 50 % del fondo habitacional del municipio.

“Ya trabajamos en la recuperación de las comunidades y del sector de la pesca. En cuanto a los centros, este fin de semana rehabilitaremos la escuela especial, y la UEB Pecuaria, ubicadas en la localidad El Rosario, una de las primeras fundadas por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en Cuba”, apuntó Rodríguez.

120 integrantes de las FAR se han sumado a las labores y desde ayer la población ha contribuido con la limpieza e higienización.

En el sector de la economía, refiere el directivo que cinco unidades reportaron afectaciones, una de ellas con derrumbe total, la bodega de El Rosario.

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La CPA del mismo poblado de Puerto Esperanza tuvo 18 derrumbes completos, entre ellos la oficina, el almacén y el comedor de la empresa pecuaria El Rosario.

Rodríguez precisó que en la agricultura 89 casas de tabaco, 13 depósitos y tres despalillos se encuentran gravemente afectados. En cuanto a los cultivos, la yuca, el maíz y los frijoles reportan los mayores daños.

“En la UEB pesquera se afectó el techo de la planta de hierro y el almacén. Además, Ian destruyó el muelle de la pesca, el comedor, el techo de las oficinas y el taller. Igualmente, se hundió un barco anclado en el refugio”, precisó.

Con relación a los centros educacionales, el funcionario informó que cuatro escuelas sufrieron el impacto de Ian, mientras que los principales daños en las instalaciones deportivas corresponden al estadio Ernesto Castillo, con una afectación total a la pizarra, y parcial al techo, las gradas y los 50 m de la cerca perimetral.

En la salud cuatro consultorios médicos presentan daños a sus estructuras, al igual que la posta médica, mientras que la farmacia del territorio fue gravemente afectada con un derrumbe total de techo.

En el recorrido por el territorio, donde por estos días es normal encontrarse con equipos cortantes, motosierras, tractores y bulldozer para acelerar las labores de higienización, conversamos con la dupla médica del cirujano Rubén Vicente y Carlos Roig, ambos del hospital naval Luis Díaz Soto y con experiencia en el enfrentamiento a la Covid-19 y el siniestro en la base de supertanqueros de Matanzas.

“Contamos con el equipamiento y las medicinas básicas para cualquiera emergencia. Es importante proteger la vida de los jóvenes que participan en el proceso de recuperación”, dijo.

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