Dr Luis Herrera Martínez, pionero de la Biotecnología en Cuba

Más que la historia de vida de un hombre, esta es la historia de un acontecimiento trascendental: la de la gestación, nacimiento y desarrollo de la Biotecnología en un país pequeño y bloqueado del Tercer Mundo.

A diferencia de otras Historias de vida de la Mesa Redonda, no comenzamos con un breve currículum, sino con la opinión de algunos de colegas y amigos, compañeros de ruta en años fundacionales del Dr Luis Herrera Martínez, pionero de la Biotecnología en Cuba. Estos son algunos criterios:

Dr.Cs Mitchell Valdés, director de Neurociencia: "Luis jugó un papel decisivo cuando se fundó el Centro de Ingeniería Genética. Él fue el primer bioingeniero molecular de Cuba, el primero que estudió Ingeniería Genética en Cuba y eventualmente fue su director, llevando, yo creo, al Centro de Ingeniería Genética a unos niveles extraordinarios, de excelencia, que sigue en este momento esa tradición en todo el trabajo que ellos realizan".

Eulogio Rodríguez: En Francia había un profesor que ya falleció, y debe estar en el infierno, que se llamaba René Dumont. Él era de la Escuela Nacional Agrícola de París y publicó un libro titulado: “Cuba ¿Es socialista?”, Est' il socialiste?, que tenía un párrafo que se convirtió con Luis Herrera, en el peor infierno para el profesor francés.

El párrafo decía que pese a sus aspiraciones, Cuba nunca podría tener un alto nivel científico, ya que su población era originaria de los blancos atrasados de España y de negros africanos. ¡Imagínese ustedes qué teoría!

Luis Herrera, por ser mestizo y contar con un alto nivel en genética, era el ideal para desmentir al francés. Sus  intervenciones golpeaban directamente al francés.

En cuanta conferencia daba Dumont en Francia y nos avisaban los amigos, cuando él llegaba al lugar de la conferencia, allí lo esperaba Luis Herrera con un grupo de amigos de Cuba para rebatir su teoría racista y anticientífica, de que por nuestro origen español y africano no debíamos tener grandes aspiraciones en la ciencia.

DrC Vilma Hidalgo, U.H.: "En mi experiencia personal de trabajo desde la Universidad, antes como vicerrectora de investigaciones y ahora como directora de la Fundación de Innovación y Desarrollo de la Universidad de La Habana, me ha impresionado siempre de Luis su visión estratégica, su mente brillante constantemente creando, innovando y retando, su inmensa capacidad de trabajo,  pero también me ha impresionado su sentido práctico.

"Yo diría que Luis es un hombre de agudas, pero pocas palabras y una gran capacidad para conducir equipos y para llevar adelante los objetivos que se propone. Y esa combinación de talento, compromiso y liderazgo es en mi opinión, una de las cualidades que más se requieren actualmente en un cuadro".

DrC Martha Lourdes Baguer: "Con su capacidad de trabajo y su gran visión, ha sido uno de los promotores principales del trabajo conjunto entre la Universidad de La Habana y las instituciones de BioCubaFarma. El Dr. Luis Herrera se compromete con cada proyecto hasta que se hace realidad.

"A nosotros nos ha brindado la oportunidad de aprender de él en cada sesión de trabajo y de acceder a formas de cooperación en temas cruciales para el desarrollo de nuestro país".

Conversando con el Dr. Luis Herrera. Foto: Roberto Garaicoa/Mesa Redonda.

Pero aquí está en persona, en vivo y en directo, el Doctor en Ciencias Luis Herrera Martínez, dos veces Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

Primero en el año 74, que yo recuerde, por esa época tendría 15 años, casi todos los héroes del Trabajo eran macheteros,  y ahí estaba Luis, ¿por qué?

Vamos a tratar de reconstruir la historia de este hombre que como han dicho algunos, es padre o padrino, junto con Fidel, de la biotecnología en Cuba, el primer bioingeniero cubano, vamos a ver si nos explica un poco eso.

¿De dónde sale Luis Herrera Martínez, de qué barrio de La Habana o de cualquier otra parte de Cuba?

Luis Herrera Martínez: Yo nací en Artemisa, en la ciudad de Artemisa, que en esa época era parte de la provincia de Pinar del Río y bueno, Artemisa era un pueblo de mucha vida. Mi familia, mi madre era maestra de Kindergarten y mi papá trabajaba en una empresa que tenía que ver con licores.

Mi influencia, la influencia de mis padres y muy en particular de mi mamá, fue muy grande porque nos inculcó, tanto a mi hermano como a mí, todo lo relacionado con el estudio, con la necesidad de superarnos en cualquier esfera. Ella nos incitaba el estudio, tanto el estudio en las escuelas, el idioma, desde los 5 o 6 años nos envió a estudiar inglés y también a practicar deportes, música, aunque en el caso mío la pobre trató todo, pero yo no lograba ni un buen resultado.

Ese es mi abuelo (señala foto de hombre de uniforme en pantalla).

Arleen Rodríguez Derivet: Su abuelo, ¿era mambí? 

Luis Herrera Martínez: Mi abuelo no era mambí, mi abuelo trabajó ahí en la policía, en Artemisa. Pero como particularidad era hijo de una africana, una africana directa que vivía en Las Cañas. Las Cañas era un poblado cerca de Artemisa.

Arleen Rodríguez Derivet: Y dentro de Artemisa, ¿algún vínculo?, porque por ahí leí, creo que fue en una entrevista excelente que le hizo Enrique Ubieta hace ya varios años que ¿su madre trabajaba en La Matilde?

Luis Herrera Martínez: Si, había un barrio en Artemisa que todavía está ¿no?; que es el barrio que cuando uno o sea, antes la calle Maceo, que era la calle principal de Artemisa, que era por donde pasaba la carretera central; la carretera era de ambas vías; ahora no, ahora es solamente de una vía. La Matilde, cuando uno va, viene desde La Habana hacia Pinar del Río, se encuentra a la izquierda, está en lo que es la doble avenida, a la izquierda, al final está el Instituto de Segunda Enseñanza.

Arleen Rodríguez Derivet: Es que me sonó porque tengo noticias de  La Matilde a partir de la entrevista que le hicimos al Comandante de la Revolución Ramiro Valdés. Dicen que de ese barrio salió, sino el grueso, prácticamente la mayoría de los jóvenes que asaltaron el Moncada.

Luis Herrera Martínez: Así mismo es.Mi mamá fue maestra de algunos de esos compañeros, de esos mártires. Se llamaba Soraya Martínez Concepción. En La Matilde estaba también el Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa. Era un barrio obrero o sea, de origen obrero.

Ahí estaba, vivía también el comandante Ramiro, estaba la casa de Ramiro, a ellos les decían los Vizcaínos.

Arleen Rodríguez Derivet: Usted nace en el 42 en una familia que tenía determinados recursos, no es una familia pobre. 

Luis Herrera Martínez: No era una familia pobre.

Arleen Rodríguez Derivet: Ya en esa época tener trabajo y saber de música, era una señal de que se tenían recursos ¿no?

Luis Herrera Martínez: Muy correctamente, así era. Ella era maestra, él tenía su ocupación también y lograba un salario decente. Y las condiciones de vida que nosotros teníamos eran adecuadas, no eran malas quiero decir. No eran de ricos ni nada por el estilo, pero no eran malas, lo cual nos permitió asistir a una escuela privada que existía en Artemisa que se llamaba la Pitman, que la dirigía Navarrete, no se me olvidará nunca y era una magnífica escuela.

Luis Herrera Martínez: …el rumbero es mi hermano (dice señalando la foto de tres niños con trajes de músicos), que siempre ha sido rumbero. Yo era el de la banda.

Arleen Rodríguez Derivet: El de la banda, ¿solo son dos hermanos?

Luis Herrera Martínez: Somos dos hermanos. La diferencia es de un año y unos meses y lo más interesante es que prácticamente nuestras vidas de una forma u otra, han transcurrido muy cercanos, porque él también estudió en la Universidad, después hizo postgrado, lo hicimos en países diferentes, pero aun así continuamos durante muchos años con un vínculo muy cercano... Al triunfo o sea, al final del proceso de la tiranía, en Artemisa en particular la situación era muy tensa porque  Artemisa fue una población de los participantes en el Moncada y todo el proceso insurreccional fue realmente fuerte allí.

En el instituto donde yo estudiaba yo me recuerdo las actividades que con frecuencia se convocaban ahí; baste con decir que el presidente de la Federación de Estudiantes, de allí de Artemisa era Orlando Nodarse. Orlando Nodarse era a su vez el jefe del movimiento.

Arleen Rodríguez Derivet: Es decir, ¿usted tiene vínculos con el proceso revolucionario en cuanto a rebeldía?

Luis Herrera Martínez: Yo no fui miembro de una organización, lo que sí bueno, como otros muchos participaba en manifestaciones. Yo fui miembro de la logia AJEF, de allí de Artemisa, donde las expresiones anti tiranía eran en todas las reuniones prácticamente, lo cual generaba un nivel alto, porque eso era fuerte ¿no? En aquel momento tener expresiones de “Abajo la tiranía” y cosas por el estilo, era algo…

Arleen Rodríguez Derivet: Costaba la vida, a veces.

Luis Herrera Martínez: …que costaba la vida.

Relata su historia en el programa Mesa Redonda.

Arleen Rodríguez Derivet: Luis, ¿Alguien le dijo, -estudia medicina- o le nació, le gustó?, ¿es la Revolución la que le abre la puerta a la medicina? Cuénteme cómo es eso de entrar a la medicina; y por qué después salta de la medicina a la ciencia.

Luis Herrera Martínez: Sí. En el bachillerato, el Instituto estaba prácticamente detenido en el año 58. Después del Triunfo de la Revolución se inicia de nuevo el proceso y yo logro terminar los estudios de pre universitario en el año 60.

En aquel momento era posible presentarse a la Universidad por exámenes si uno tenía menos de 17 años. Yo me presenté y logré tener la aprobación.

Y la alternativa de elección que es lo que me estás preguntando, diríamos en aquel momento la visión era que llegar a la universidad, una de las posibilidades más apetecidas era ser médico, la otra era ser abogado, en menor grado, la de ingeniero. Yo terminé finalmente un poco influido por la familia y también en los ambientes familiares, en elegir medicina.

Yo pienso que no fue por lo menos en aquel momento, una mala elección, porque a pesar de la deserción tan grande que hubo de médicos después del triunfo de la Revolución, existían departamentos o estructuras dentro de lo que era la escuela de medicina, que respondían a un alto nivel y un alto rigor de tipo científico y de tipo técnico, de disciplina.

Arleen Rodríguez Derivet: Tenía alto nivel.

Luis Herrera Martínez: Tenía un buen nivel. Y además el estudiante de medicina, yo no estoy comparando con ahora, porque ahora no sé exactamente los detalles; tenía que concurrir con frecuencia a las guardias, trataba de ser ayudante en diferentes…

Arleen Rodríguez Derivet: Y si no se la ponían, se la buscaba.

Luis Herrera Martínez: …y si no se la ponían, se la buscaba.

Arleen Rodríguez Derivet: Es interesante, porque ahora hay muchos que se quejan que hay guardias, pero por las historias que he conocido de médicos de esa etapa es que buscaban las guardias para entrenarse.

Luis Herrera Martínez: Así mismo es.

Arleen Rodríguez Derivet: De todas maneras, también viendo una historia suya anterior, esta misma entrevista que decía que hizo Enrique Ubieta hace unos años ya, habla de que usted se va a trabajar y combina el laboratorio, que era una labor bastante intensa, con la carrera de medicina es decir, ahí no lo manda la universidad. Ya triunfó la Revolución, usted puede darse el lujo de estudiar solo, sin trabajar. ¿Por qué, por qué trabaja?

Luis Herrera Martínez: A ver cuando en el 61; el plan de becas universitario debe haber empezado por el 62 o algo por el estilo, o el 61, ahora no tengo la precisión.

Existía la tradiciónl o la forma de ver las cosas, de que los estudiantes que procedían de grupos sociales que no eran grupos sociales de personas adineradas, hacían todo lo posible por lograr algún tipo de trabajo que se relacionara sobre todo con sus estudios, porque así resolvía los dos problemas, resolvía un nivel de ingresos, no constituía una carga para los padres; y a su vez podía adquirir conocimientos y habilidades que le iban a resultar útiles.

En este caso yo logré que, hablando con diferentes personas, me facilitaran trabajar como asistente, o ayudante, o técnico asistente, del laboratorio clínico del hospital Fructuoso Rodríguez.

Arleen Rodríguez Derivet: Estamos hablando de 29  y G, en La Habana. 

Luis Herrera Martínez: 29  y G.

Arleen Rodríguez Derivet: Que hoy es el ortopédico.

Luis Herrera Martínez: Que hoy es el ortopédico y entonces el director era el profesor Martínez Páez.

Arleen Rodríguez Derivet: Otra institución de la medicina cubana.

Luis Herrera Martínez: Una institución de la medicina cubana. Esa vivencia para mí fue muy buena. Fue dura porque en realidad, para yo poder dormir allí en el hospital tenía que tener la guardia permanente, la guardia permanente del laboratorio. O sea, que yo estuve de guardia prácticamente dos años y entonces bueno, tenía ese derecho de dormir allí, pero eso me permitió tener una posibilidad de trabajo en laboratorio, de dominar…

Arleen Rodríguez Derivet: Un entrenamiento. 

Luis Herrera Martínez: …un entrenamiento fuera de lo normal, porque tuve que aprender a hacer análisis clínicos de diferentes tipos, hematológicos, etcétera. Y eso fue realmente, yo lo veo como algo muy positivo en mis posibilidades, en términos de formación.

Arleen Rodríguez Derivet: Estoy viendo una foto que no será exactamente de esa época, me parece que ya ahí se ha fundado el CNIC, pero hay un gran, queridísimo amigo sentado de espaldas que es el Dr. Wilfredo Torres Iríbar; tiene los mismos apellidos del secretario de La Habana porque son familia. 

Luis Herrera Martínez: Son primos

Arleen Rodríguez Derivet: Y otro queridísimo, que es Ismael Clark, que fue presidente de la Academia; los dos fueron presidentes de la Academia y al centro está Luis Herrera Martínez, ¿qué historia hay detrás de esta foto?

Luis Herrera Martínez: El CNIC...

Arleen Rodríguez Derivet: ¿Ya eso es CNIC? 

Luis Herrera Martínez: …sí, eso es el CNIC.

Arleen Rodríguez Derivet: Que es la primera institución científica fundada por la Revolución en el año 65.

Luis Herrera Martínez: En el año 65. El CNIC, que tuvo al doctor Cambó como primer director y que por un accidente que ocurrió en el extranjero, fue sustituido por el por el Dr. Wilfredo Torres Iríbar, que era el subdirector.

El CNIC se inaugura en el año 65, yo entro en el CNIC en el año 66, Ismael entra en el CNIC en el año 67 o sea, la diferencia entre Ismael y yo de curso, era de un año.

Ismael Clark es una persona con la cual tuve muchos vínculos de todo tipo de trabajo, de amistad, de hermandad y bueno ahí en esa reunión estábamos diríamos analizando, porque Ismael fue también directivo de la juventud comunista ahí en el CNIC; yo también lo fui, de uno de los comités de base; pero Ismael tuvo una historia muy destacada en términos de su responsabilidades políticas e institucionales. Y bueno hasta el último momento mantuvimos un vínculo muy estrecho.

Con el Profesor Stanley Cohen, Premio Nobel de Medicina.

Arleen Rodríguez Derivet: Bueno yo hablé de un salto, digamos que como un  adelanto, porque creo que se da un salto muy importante, cuando Luis Herrera se convierte en científico es decir, pasa de la Medicina a la ciencia.

Ahí ya  está en el CNIC, pero eso tiene un antecedente. Hay por ahí, estuve leyendo yo, que en un aniversario del 13 de marzo Fidel habla y convoca a los médicos jóvenes a empezar a desarrollar la Ciencia, ¿por qué los médicos?, ¿no había una base de científicos en Cuba en aquel momento? ¿Por qué son médicos los que abren todo este espacio?

Ya Agustín Lage aquí contó en algún momento parte de eso. Cuentan que Fidel se refirió a la salida de médicos y dice que se van muchos, pero que hay una gran cantidad de jóvenes que podrían empezar a desarrollar la ciencia.

Luis Herrera Martínez: Yo pienso que de alguna forma ese fenómeno que tú estás preguntando está relacionado con la historia y en particular con la historia de los vínculos con los Estados Unidos, donde una buena parte de los científicos que realizan trabajos en bioquímica y actividades similares, provenían de la carrera de medicina. Hay esa tradición; en Estados Unidos.

Es también un poco diferente porque la formación universitaria anglosajona es diferente a la nuestra, que es más del tipo napoleónica o sea, ellos estudian un conjunto de asignaturas y finalmente eligen una carrera de la cual se van a graduar, pero pueden adquirir otro grupo de asignaturas que no tienen que ver con la propia carrera y eso hace que cuando una persona se gradúa, ya tiene prácticamente pre hecha una determinada orientación de trabajo.

Con nosotros no fue así. Por lo menos en mi época era imposible de concebir, entonces la búsqueda de médicos para este tipo de propósito era algo que era propio de la situación que existía en el país y entonces surge el CNIC.  El CNIC surge y se hace un llamado a los médicos pero el CNIC no se constituyó solamente con médicos…en el CNIC hubo químicos, en el CNIC  hubo físicos, químico- físicos, en el CNIC después hubo ingenieros bioquímicos o sea, si bien hubo un movimiento de formación original de un grupo de médicos sin embargo, otro grupo de compañeros que tenían otros orígenes universitarios, se incorporaron también al CNIC.

Yo creo que en ese sentido el CNIC fue una experiencia extraordinaria, donde confluyen personas de diferente formación y donde empiezan a borrarse los orígenes universitarios…

Arleen Rodríguez Derivet: Y las fronteras.

Luis Herrera Martínez: …y las fronteras

Arleen Rodríguez Derivet: Ya no hay frontera  entre un científico y un médico.

Luis Herrera Martínez: …no hay fronteras; y entonces después se empiezan a incorporar biólogos, bioquímicos y entonces ya aquello realmente no tenía ya ni sentido al cabo de los años, el que se tuviera que tener una procedencia.

Es más, posteriormente la experiencia nuestra que fue la experiencia en el CIB y en el CIGB, es que había una temática, la temática era no sé, enfermedades de la piel y tratamiento con tal tipo de agente; el que se ocupara de eso, de donde proviniera no era el problema, el problema era que tenía que saber de eso porque si no, "no se estaba ocupando del negocio", para hablar más claramente.

Entonces ese tipo de formación yo creo que es muy importante también porque ayuda a que en la solución de un problema confluyan personas con diferentes formas de ver, de enfocar, de resolver y de llegar a alternativas que de otra forma serían mucho más parciales ¿no?

Con James Carter

Arleen Rodríguez Derivet: En mi opinión ahí está el germen de lo que después sería la estrategia de Fidel en el vínculo de la ciencia y la medicina, pero no quiero adelantar nada, quiero escuchar el testimonio de alguien que está quizás unos años después, pero que coincide como generación en cuanto a este desarrollo de médicos convertidos en científicos, alguien tan querido y conocido como este Honoris Causa de la Universidad de La Habana, el doctor Agustín Lage.

Agustín Lage Dávila: Luis es un cubano salido de las entrañas del pueblo, de la base misma del pueblo, no de ninguna élite, sino de la base del pueblo, y si es élite, es élite por sus capacidades, pero esa base es de pueblo.

Tan es así que hay una anécdota que mucha gente no conoce, es que el día que se logró el clonaje del interferón; clonar el interferón, como clonar cualquier proteína; clonarla y  expresarla, es algo difícil de hacer, es un experimento, otro experimento, otro experimento ¿no? y el día que se logró el clonaje del interferón, los científicos salieron del laboratorio con una tumbadora y montaron una conga y le dieron una vuelta al laboratorio diciendo: “se clonó el interferón, se clonó el interferón, se clonó el interferón”.

Bueno, ese es Luis Herrera, talento para dominar la biología molecular, audacia. Déjeme decirle que también tengo, si me pongo a hacer historia, no le hago caso a la compañera de la Mesa Redonda que me dijo que tenía que ser dos minutos, pero a mí me tocó también ir a hacer postgrado al Instituto Pasteur de París después de él.

Cuando yo llegué ya Luis había estado dos años ahí y se había ido y les puedo decir que el prestigio que dejó Luis para la ciencia cubana en el Instituto Pasteur de París, es algo de lo que nos beneficiamos todos los que llegamos después allí.

Tendría muchas cosas más que decir pero bueno, estamos ante un cubano de pura cepa, ante un revolucionario convencido, ante un carácter audaz y ante un científico de talento.

Arleen Rodríguez Derivet: Uno de los temores que yo tenía al enfrentar esta entrevista era si podía recoger el espíritu de lo que significa esta generación para Cuba. 

Y voy ahora al salto. Al salto, que es un salto descomunal, porque ahí contaba alguien en un testimonio que daba, que cuando usted estaba en Francia,- creo que es Eulogio Rodríguez quien lo dice- que cuando estaba en Francia un profesor que tenía sin duda una visión racista del desarrollo, decía que un pueblo heredero de blancos pobres como los españoles y de africanos descendientes, de eso no podría nunca llegar a un lugar en la ciencia. Dice que usted lo esperaba en cada conferencia que daba ¿no?, porque lo tenía en un libro.

Ese salto. ¿Cómo va a dar un muchacho de Artemisa, por más condiciones que hubiera tenido en su momento, un muchacho de Artemisa que acaba de graduarse de médico, cómo va a dar al Instituto Pasteur de París? 

Estaba; llegó después Agustín; quiere decir, ¿hubo también una estrategia, una voluntad de la dirección del país, de que ustedes fueran a formarse en los mejores lugares del mundo? Digo, en los que más nombre tenían, por lo menos ¿no?

Luis Herrera Martínez: Sí, en el CNIC había una estructura para la formación del personal, sobre todo del personal que provenía de Medicina. Y habían organizado un grupo de cursos, donde participaban profesores como Ernesto León Ramos, como Arzola, Ventoso, el profesor español de matemáticas, que se me olvidó el nombre ahora. Estos profesores realmente Arleen, la selección que se hizo fue magnífica. El programa de estudio era un programa de estudios de esos, violento, violento. Era simplemente violento. Eran dos años y medio; dos años y medio a tres,  de matemáticas, física y química. Y eso nos permitió por lo menos en el caso nuestro, que veníamos de Medicina, lograr un nivel mayor de comprensión de los objetivos que teníamos.

Después algunos de nosotros recibió cursos de visitantes, en este caso con italianos y franceses. Y en el caso mío, después de haber tenido una estancia de trabajo con unos alemanes de la RDA, fui como becario a lo que era la facultad de Orsay. Facultad de Orsay.

Arleen Rodríguez Derivet: En París.

Luis Herrera Martínez: En París- Sud, que se llama o sea, eso era una universidad de París.

Arleen Rodríguez Derivet: ¿Esa foto es allí?

Luis Herrera Martínez: Esa foto es en Harvard, pero es un poco más tarde ya.

Arleen Rodríguez Derivet: También fue a Harvard, un poco después.

Luis Herrera Martínez: Entonces en París- Sud, en Orsay, se desarrollaba el DOA que es el Diplôme d'études approfondie, un diploma de curso profundo.

Y los cursos eran, que eso sí me marcó mucho y después lo empleé mucho aquí en Cuba; los cursos de los primeros grados eran de exposiciones por parte de los profesores; pero ya el curso en el que yo participaba era de discusión de artículos, de artículos originales que se acababan de publicar.

Entonces aquello sí fue fuerte para mí porque yo tuve solamente dos meses y medio de un curso de francés antes de empezar ese curso regular, era el único no francés del curso y entonces los artículos estaban en inglés, y la discusión era en francés. En esa historia me metí 6 meses, traduciendo del francés para el español y del español para el inglés, hasta que por fin logré pasar del francés al inglés y ahí fue cuando empecé realmente a nivelarme con el resto del auditorio.

Arleen Rodríguez: Es decir, usted era el único latino dentro de este curso.

Luis Herrera Martínez: El único. Bueno, ellos también son latinos.

Arleen Rodríguez Derivet: Claro, claro, perdón, quiero decir latinoamericano.

Luis Herrera Martínez: Sí,  el único latinoamericano, el único que no era francés ahí.

Arleen Rodríguez Derivet: Y no había piedad. No era - vamos a traducir para el cubano.  

Luis Herrera Martínez: No, no. Además, me alegro que no hayan tenido piedad porque si no, entonces si me hubieran…

Arleen Rodríguez Derivet: ¿Y un buen día ya pensaba en inglés y en francés?

Luis Herrera Martínez: El buen día se demoró. Eso fue una de las cosas más duras, que yo no olvidaré nunca; porque en realidad eso no depende de la voluntad, es como un mecanismo que tiene el cerebro y entonces, en un momento determinado, parece que la vida ya logró encontrarla más corta y ahí fue donde yo resolví el problema.

Ese era un curso que por otra parte tenía gran nivel, porque lo que ellos tenían de conocimiento de la genética era muy superior al conocimiento que yo tenía.

Arleen Rodríguez Derivet: ¿Y usted iba a aprender de genética? 

Luis Herrera Martínez: Yo iba allí a aprender genética, de genética era el curso. Entonces bueno, finalmente yo tuve que ir al curso inferior, daba clases por la mañana en el curso inferior y por la tarde iba al otro curso superior, logré nivelarme con esos compañeros, me trataron bastante afablemente.

Y además, en esa época empieza un curso;  porque París-Sud estaba como a 20 km de lo que es el París ciudad y entonces en el centro, en el propio Instituto Pasteur empieza un curso impartido por François Jacob y por Jacques Monod, que eran dos Premios Nobel, los dos más grandes brillantes Premios Nobel de esa época. Son los que llegaron a describir toda la estructura, de cómo se regulaba la expresión genética, fueron y describieron el Mensajero, el Operón. Aquello era impresionante por la capacidad con que esa gente llegaron a generar ideas y proyectos.

Arleen Rodríguez Derivet: Era lo más avanzado que había en el mundo.

Luis Herrera Martínez: Lo más avanzado. A tal grado era lo más avanzado que, cosa que no ocurre ahora, los norteamericanos trataban de tener una beca en el Instituto Pasteur, porque estar cerca de Jacques Monod era decir estar prácticamente; entonces yo asistí a los dos cursos esos que ellos dieron.

Unos cursos maravillosos, una cosa extraordinaria, de nuevo bajo la lógica de que la explicación se realizaba a través de los experimentos o sea, no eran clases solamente, eran esencialmente explicaciones de experimentos, de cómo se llegaba a los conceptos.

Arleen Rodríguez Derivet: En ese momento, ¿en qué fase está la genética en los estudios en el mundo? ¿Por qué Fidel manda a alguien a estudiar genética al Instituto Pasteur? ¿Cuál era su plan?

Luis Herrera Martínez: Yo no estaba todavía en el Instituto Pasteur, el Pasteur viene después.

Arleen Rodríguez Derivet: Ah ya, era Orsay.

Luis Herrera Martínez: Sí, era Orsay. Yo no pienso que el Comandante haya ido hasta ese nivel de definición. Yo pienso que él impulsó, desarrolló, estructuró y controló y de alguna forma, la formación de los directivos propios del CNIC, que en esa época pertenecía a la Universidad de La Habana; yo estudié en la Universidad de La Habana, porque en esa época nada más que estaba la Universidad de La Habana.

Arleen Rodríguez Derivet: Claro, Medicina era en la Universidad.

Luis Herrera Martínez: Todo era en la Universidad. Los directivos del Zenit sí estructuraron mecanismos de cursos en los que no solo participé yo; participó también Juan Kourí y otros que participaron en cursos, con el objetivo de lograr niveles de formación científica.

Yo creo que fue muy correcto el haber realizado eso en un país como Francia porque existía un ambiente positivo hacia la Revolución cubana y no había una reacción diríamos de animadversión contra nosotros. Eso nos posibilitó a muchos llegar a adquirir una formación científica adecuada.

Después, que es lo que explica Agustín, yo sí estuve en el Pasteur en dos ocasiones. Es un lugar extraordinario el Instituto Pasteur. Había una diversidad de grupos y estructuras impresionante. Estuve en un grupo que se relacionaba con todo un conjunto de elementos de biología molecular de parásitos y bueno, sí realmente me relacioné muy fuertemente con grupos ahí en el Pasteur.

Eso me permitió llegar a tener una formación lo suficientemente estructurada como para iniciar un laboratorio aquí en Cuba de genética microbiana, que fue lo que yo inicié en el año 1971, cuando regresé en el 70 de Francia; laboratorio de genética microbiana en particular sobre todo, de levaduras.

En este laboratorio de levaduras empezamos a realizar trabajos de tipo básico que publicamos en las mejores revistas de lo que era el metabolismo de los carbohidratos. Nos relacionamos con un científico norteamericano que se llamaba Dan Frankel, que contribuyó también en el desarrollo a la actividad nuestra.

Y después desarrollamos otro conjunto de actividades relacionadas con la genética en coordinación con el ICIDCA, con todo lo que tenía que ver con la mejora de la levadura que se empleaba en Cuba, la Candida utilis, que era la torula.

Trabajamos también en algunas de las cosas que ahora se están llevando ya finalmente a la práctica en la producción de dextranasa para evitar la formación del polímero de la dextrana en la producción de azúcar.

Trabajamos en enriquecer la Candida utilis en términos de aminoácidos tipo lisina en fin, nos vinculamos y teníamos trabajos que eran de proyección muy básica y trabajos que eran de tipo de aplicaciones.

Arleen Rodríguez Derivet: De todas maneras, usted habla un lenguaje de científico y la mayoría de las cosas nos las perdemos, pero la levadura, estamos hablando de procesos que van a derivar luego en todo lo que es la genética.

Hoy me explicaba de una manera que yo todavía estoy fascinada, pero no logro explicar sola, que todo se origina en las Escherichia Coli.

Luis Herrera Martínez: Sí

Arleen Rodríguez Derivet: En un parásito que todos, todos, todos absolutamente, tenemos abundantemente en el intestino.

Luis Herrera Martínez: Sí

Arleen Rodríguez Derivet: ¿Y ahí se inician los estudios de de genética?

Luis Herrera Martínez: Sí, eso fue en California, que es cuando Cohen y el grupo que después finalmente desarrolla todo el conjunto de esos trabajos, aíslan una estructura pequeña que estaba en el citoplasma de la Escherichia Coli, que son los episomas, los plásmidos. Y la manipulación de estos plásmidos es la que conduce a la posibilidad de la generación de los clones y de todo el conjunto de trabajos.

A los plásmidos se suma la manipulación de los fagos o sea, los fagos son estructuras que infectan a las bacterias o sea, son virus, vistos de esa forma; infectan a la bacteria, pero la manipulación de los fagos, tanto de los fagos líticos como los lisogénicos, ha sido un elemento básico en el desarrollo de la biología molecular en sus etapas iniciales. Hay un fago, el fago lambda que eso es parte diríamos, es una historia.

Arleen Rodríguez Derivet: Ahora mismo no entiendo mucho, pero trato de llegar porque en definitiva está eso en la base y yo decía, yo quería también llegar al punto y por eso partía de que, ¿qué hace Cuba, chiquita, subdesarrollada, bloqueada, aspirando a meterse en ciencias que solo estaba practicando en ese momento el primer mundo? 

Dr. Luis Herrera Martínez: Hay un período ahí en mi caso personal y de otros compañeros que estábamos vinculados con CNIC, que es el período desde que entramos, el primer grupo, en el que estaban además Gustavo Kourí, Lidia Cardellá y otros compañeros que entraron en el 65, nosotros entramos en el 66.

Y después siguen otros, Ismael, Rosa Elena, Ramón Ortiz y tras ellos vienen otros compañeros, entre los que están Pedro López, Pentón, Agustín, etcétera.

Todo ese conjunto de compañeros y bueno, viene la formación que algunos logramos empezar a adquirir en el extranjero y empiezan a aparecer los laboratorios derivados de esa formación.

Los compañeros de los primeros grupos como es el caso de Lidia Cardellá, que tenía…

Junto al Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

Arleen Rodríguez Derivet: Ha estado aquí, profesora de la Escuela Latinoamericana de Medicina, fue esposa también de Kourí.

Dr. Luis Herrera Martínez: …sí exactamente, Lidia Cardellá Rosales. Entonces esos trabajos permitieron que se empezaran a estructurar grupos y departamentos de trabajo en el CNIC.

De esas estructuras de departamento de trabajo en el CNIC, entre ellos había colaboraciones, ahí también surge el grupo de trabajo de Fernández Yero, que después dio origen al Centro de InmunoEnsayo. Estaba ya precedentemente todo un grupo muy fuerte de neurociencias que tenía la presencia de neurofisiólogos como el caso de Holmgren, que era una persona realmente eminente, Roy John, que era norteamericano en fin, existían grupos con diferentes niveles de posibilidad de desarrollo.

Existían grupos de químico- físicos también que desarrollaron fuertemente todo lo que era la parte espectral, etcétera, que contribuyó mucho después al desarrollo de otras estructuras del país.

Pero desde cada una de esas estructuras de grupos se fueron originando diríamos, como si fueran los futuros grupos que terminaron en otros centros del país o sea, en ese sentido, el CNIC…

Arleen Rodríguez Derivet: Era el núcleo, del que salieron los demás.

Dr. Luis Herrera Martínez: …del que salieron los demás.

Arleen Rodríguez Derivet: Lo tengo clarísimo y después eso va a escalar en los años 90, hay etapas. 

Dr. Luis Herrera Martínez: Antes de los 90.

Junto al Comandante en Jefe.

En video, la entrevista