El accidente estremeció a todos. Foto: Tomada del perfil de la autora.

No he podido desprenderme de las redes sociales, las noticias oficiales, no he podido dejar de seguir todo lo que sucede en el hotel Saratoga luego del siniestro. Cuando escuché la noticia me estremecí y desde entonces estar pendiente ha sido una obligación para mí.

Saber del recate de personas vivas, el de cuerpos que desgraciadamente no sobrevivieron, la historia del chófer que protegió a los pasajeros de la explosión y luego fue el primero en socorrer heridos, la niña que cuenta cómo iba con sus amigos por su paso habitual , cuando la sorprende la explosión y su desespero al no encontrar a quienes la acompañaban,

la llegada de los cadáveres del niño y su padre a su natal Holguín, la embarazada que se llevó a su hijo en las entrañas, la pareja de españoles que la vida los puso en el lugar equivocado, los niños que leían

, aprendían historia, resolvían un problema matemática o preparaban una fiesta sorpresa a su maestra por el día de las madres, el cocinero de la iglesia que hacia leche para los niños, los vecinos del lugar que los sorprende el estruendo y el polvo sin entender nada, luego las imágenes de un pueblo solidario, de todos ayudando, entrando a los escombros, rescatando vidas, el cuerpo de bomberos, las ambulancias, rescatistas llegando en tiempo récord, los hospitales listos y sus profesionales presentándose de manera voluntaria, familias desesperadas buscando su ser querido, del joven estudiante de medicina que esperaba ver salir a su padre, el dolor , la desolación....

Estudiantes de la ELAM dondn su sangre.Foto: Tomada del perfil de la autora.

El pueblo entero quería ayudar, la respuesta fue inmensa, la llegada a las bancos de sangre

, allí nuestro héroe Gerardo, rodeados de personas poniendo sus brazos para salvar vidas. Los trabajadores y mis alumnos de la Elam, acudían al policlínico convocados por la solidaridad y la gratitud, fueron a brindar su sangre, para muchos su primera experiencia, observabas la diversidad, te llenabas de orgullo, estaba América Latina, el Caribe, África, Medio Oriente, Asia, el Pacífico, Europa, todos allí entendiendo el dolor de un pueblo, respetando el momento, creciendo como gigantes ante un gesto de solidaridad.

Uno de ellos me preguntó: “¿Qué pasó, profe? y de inmediato este joven de Siria, busca las imágenes en su móvil y me dice conmovido “esta imagen me recuerda a mi país y a mi gente”, por eso estoy aquí, él no sabía la causa pero la imagen lo llevaba a la tristeza y a la muerte, cada uno tenía sus motivos, pero la gratitud y el respeto a esta isla solidaria los marcaba en lo más profundo.

En medio del dolor, ver la sangre de tantos lugares en el mundo entregada a mis hermanos cubanos me volvió a estremecer, sentía deseos de llorar, mi alma se encogía de una manera extraña entre dolor y satisfacción, mis alumnos cumplieron el deber sagrado de ser buenos seres humanos.

Sigo viendo historias, veo y leo a los periodista, a este joven de Radio Habana Cuba, que el agotamiento apenas lo dejaba escribir,

que hace crónicas hermosas, que con responsabilidad explicó cuando el optimismo lo hizo dar una noticia sin total verificación, pero estaba allí junto al pueblo, viviendo el dolor de los demás, también humanamente queriendo dar una buena noticia, como él, muchos otros, los héroes anónimos son incontables, los socorristas, nuestro personal de salud, nuestros dirigentes, un pueblo entero unido, un pueblo gigante, compartiendo el dolor, haciendo silencio, apagando la música, posponiendo una celebración , un pueblo con dolor en el alma.

No sé si somos los mejores, pero nuestro corazón es inmenso y con ese corazón me quedo yo, un corazón lleno de principios, de unidad, de hermandad, de amor, el corazón de mi pueblo, que se convoca, lucha, resiste y vence. Este es un pueblo gigante, es mi pueblo, es mi Cuba.

Es la Cuba que defendemos, es la Cuba que habla desde el corazón.
Unidos por el dolor, saldremos adelante y cada familia que hoy se enluta, los acompaña la fuerza, la dignidad, sensibilidad y amor de un pueblo entero que también está de luto.

En paz descansen estas almas, para esas familia nuestras condolencias y todo el apoyo, sé que nada en el mundo alivia el dolor de perder a un ser querido, pero sepan que Cuba entera se levanta con ustedes y los acompaña en tan devastador momento, nuestras condolencias, nuestro corazón para ustedes.
A todos los que desde cualquier lugar han apoyado.
¡Gracias!

El pueblo entero quería ayudar, la respuesta fue inmensa.Foto: Tomada del perfil de la autora.

Los gestos de solidaridad no se hicieron esperar. Foto: Tomada del perfil de la autora.

(Tomado del perfil de Facebook de Yoandra Muro Valle, Rectora de la ELAM)