Hace apenas unas horas Cuba rompió con muchas ataduras en el béisbol. Lo que parecía imposible para muchos se hizo en silencio, sin mucha fanfarria y con bastantes presiones políticas. No se trata de una selección unificada ni perfecta, sino de un conjunto competitivo y en mejores condiciones de enfrentar el reto que se avecina.

Iremos al V Clásico Mundial de Béisbol con peloteros cubanos en activo en la Major League Baseball (MLB) u otras ligas caribeñas sin estar bajo la sombrilla de la Federación Cubana de Béisbol (FCB).

Esto es lo inédito, valiente y audaz.

Ellos compartirán el banco junto a nuestros mejores jugadores en otras ligas internacionales (sí amparados por la FCB), así como con los más sobresalientes en los certámenes de casa: Series Nacionales y Liga Élite.

Como en toda nómina beisbolera hay ausencias increíbles para los aficionados y la prensa especializada en esta preselección

(Yasmani Tomás, Yunior Ibarra, Dennis Laza, Yamichel Pérez, entre otros)

. Las explicaciones técnicas que se dieron sobre algunos casos no convencieron porque hay un aprendizaje acumulado y los argumentos no fueron contundentes (Yasmani vs. Luis Robert Moirán es lo más sonado y con toda razón debemos admitir que no fue feliz la explicación).

Tampoco fue convincente obviar la veteranía de algunos jugadores que todavía andan rindiendo o la inclusión de Ariel Martínez como posible inicialista.

Hay que respetar los objetivos de la dirección del conjunto porque así sucede siempre en todos los lugares del mundo y en todos los deportes. Cada mentor ajusta sus jugadores a lo que luego quiere mostrar en el campeonato. Es el precio de las decisiones y estas convocatorias, que pueden salir bien o terminar en bancarrotas o derrotas. Solo ahí podrá juzgarse este paso inicial, donde cada “maestro lleva su librito”.

Los 50 nombres dados a conocer este 6 de enero parecieron enterrar definitivamente a una generación de peloteros que muchos técnicos vienen llamando viejos desde hace rato: Yordanis Samón, Alexander Ayala, Freddy Asiel Álvarez y el más paradigmático de todos por una historia-leyenda en 20 años de integrante de nuestra selección nacional: Frederich Cepeda, único pelotero cubano con el aval de todos los Clásicos Mundiales desde el 2006 y único en el mundo en activo que pudiera haber concurrido a su quinta edición, pues los otros 20 ya están retirados.

Cepeda en el III Clásico Mundial de Béisbol. Foto: Trabajadores.

Quisiera detenerme aquí porque su exclusión puede tener razones técnicas, tácticas y hasta personales. Pero la historia y el presente no pueden olvidar al espirituano, que carga sobre sus espaldas, entre otros grandes hechos, el jonrón que nos colocó a las puertas del empate contra Japón en la final del 2006; cinco lideratos históricos en Clásicos Mundiales (hit, anotadas, impulsadas, dobles y bases por bolas), ser el jugador más valioso de la Serie del Caribe del 2015 (último torneo de gran nivel ganado por Cuba) y como si fuera poco y contradictorio el liderato de bateo de la última Serie Nacional. Son apenas tres ejemplos de las decenas que pudieran ponerse.

Si se determinó que Cepeda no cabe ahora ni siquiera entre los 50, habría que pensar desde ya en una invitación como parte de la delegación a ese V Clásico

porque desde las gradas o con un consejo oportuno aportaría tanto o más que cualquier entrenador de los que está en ese equipo. Eso sería reconocer a uno de los bateadores más completos de nuestras series nacionales y torneos internacionales. Pido 50 o más aplausos para esta idea y que no pongamos sombras para quien ha sido además un defensor fiel de cada uniforme que ha vestido.

No todas las opiniones en redes sociales llevan certeza y respeto. La mayoría trae siempre aparejado el fanatismo que no deja ver luces y a ratos destila obstinación y hasta odio visceral. Discrepar sobre una decisión tomada significa ahí mismo darle un voto de confianza a los decisores. Solo al final del camino, ojalá que sea el 21 de marzo, podremos valorar este primer paso de integración y cuánta razón teníamos o no con estas observaciones.

Tampoco puedo obviar que muchos ya sacan cuentas de la pre-nómina, pues si hay 12 convocados de MLB o ligas caribeñas profesionales y 14 contratados por la FCB

(sin dudas los más experimentados al jugar en ligas de mayor calidad) quedan pocos huecos a cubrir dentro de los 28 definitivos. Hicimos la pregunta con toda intención al mentor Armando Jhonson sí todos estarían en igualdad de condiciones. “Nadie está sembrado por jugar aquí o allá, valoraremos en la preparación a cada jugador”. La intención parece transparente, pero a no ser lesiones de última hora o trabas con el permiso legal, al menos los 12 convocados parecen tener asientos seguros.

Al mirar por dentro la preselección coincido que los jardines y el cuerpo de pitcheo son las áreas más sólidas, en tanto la receptoría es el punto más flaco, sobre todo por lo que demora en desarrollar un buen cátcher. Los topes previstos antes del Clásico, la nómina final que Cuba se comprometió entregar el 7 de febrero y la confianza nuevamente en lo que hemos formado (jueguen donde jueguen) abre para muchos la esperanza de avanzar al menos a cuartos de final.
Sobre las posibilidades reales, el calendario de muerte súbita que tendrá por vez primera el evento y algunas interioridades volveremos pronto.
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