El 7 de marzo a las 11 de la noche (Hora de Cuba) nuestra selección nacional debutará en el V Clásico Mundial de Béisbol contra Holanda. Pero sobre los rivales del grupo: Italia, Panamá y Taipéi de China; el nuevo sistema de muerte súbita que se aplicará en esta edición para cuartos de final y semifinal; y algunos pasajes históricos de estos certámenes habrá tiempo para escribir.

Este primer día del 2023 y a las puertas también de las semifinales de la Liga Élite un tema resulta recurrente en redes sociales y en cada esquina, donde se prenden los debates o polémicas más encendidas: ¿Qué impacto tienen la convocatoria a jugadores cubanos de otras ligas profesionales en la realidad de nuestras Series Nacionales, específicamente en sus actores principales, algunos de los cuales han salido del sistema competitivo, incluso emigrado en fechas recientes?

Debemos partir de que la decisión soberana de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) de llamar a esos peloteros hoy ha pasado por varias etapas, no siempre comprendidas por muchos y en la que es imposible dejar de mencionar que Cuba es el único país del mundo que no tiene hoy un acuerdo con la Major League Baseball (MLB) para una inserción ordenada y sin necesidad de abandonar su país. Cuando se concretó en diciembre del 2018, de golpe y porrazo el presidente estadounidense Donald Trump lo dejó sin efecto.

Una primera etapa fue obviarlos y apostar solo a los peloteros de casa. Eso funcionó mientras teníamos talentos por arrobas y el éxodo todavía era en cuotas reducidas. Así fuimos al Clásico desde el 2006 hasta el 2017, con un segundo lugar histórico en la primera edición y 6to, 5to y 7mo en las tres posteriores.

Para que se tenga una idea de la dimensión del asunto, del equipo titular del 2013 solo los receptores, Cepeda y Despaigne no terminaron luego en las diferentes ligas o estructuras de MLB tras marcharse del país.

Otra etapa posterior y muy importante recayó en reconocer la FCB que necesitábamos más competencias profesionales para enfrentar un nivel superior como los del Clásico o el Premier, las cuales cada vez eran menores dentro de los jugadores que permanecían en nuestras Series Nacionales, pues por mucho que batearan aquí no podían resolver luego situaciones tácticas y ajustes técnicos cuando chocaran con conjuntos de mayor rango.

Y finalmente llegó la tercera fase o etapa (para resumirlo sintéticamente, aunque por el camino pudieran haber otras) que consiste en sumar, llamar o convocar ese talento nuestro en ligas foráneas (incluido MLB) que ha adquirido esa experiencia de calidad, siempre y cuando estén en forma deportiva y deseen vestir el uniforme de las cuatro letras con las reglas propias de la FCB, tal y como pasa con cualquier pelotero boricua, dominicano, venezolano u otro.

Algunos dicen que sí y otros dicen que no porque discrepan de las federaciones y hasta de los directores que se nominan. La creación de la Asociación de Peloteros Profesionales Cubanos en Miami mezcló más política y discriminación, con una idea absurda y aberrante de representar un país sin el consentimiento de la Federación.

En ese punto estamos cuando ya han dado el sí para el V Clásico Mundial seis nombres con palmarés en MLB y ligas caribeñas: Elián Leyva, Yoennis Céspedes, Andy Ibáñez, Onelki García, Yoan López y Yoan Moncada. Otros de seguro serán confirmados muy pronto como Luis Robert Moirán, Josuan Hernández, Lorenzo Quintana y quizás hasta Yasmani Tomás. Ojalá y también José Dariel Abreu, que tan buena impresión dejó al reconocer que el equipo Cuba debía ser integrado por los de allá sin obviar a los de aquí, se sume a la lista tras asegurar su firma por tres años con los Astros de Houston hace unas semanas.

A ellos habría que sumar a quienes se desempeñan en la Liga Profesional Japonesa, contratados por la FCB: Alfredo Despaigne, Liván Moinello, Raydel Martinez, Yariel Rodríguez, Frank Abel Álvarez, Yurisbel Gracial y hasta quienes se desempeñan en ese propio circuito pero en ligas menores: Pedro Revilla, Marlon Vega y Guillermo García.

Tampoco deben faltar en una bolsa amplia de hasta 50 nombres los casos de Erisbel Arruebaruena, Yadir Drake, Roel Santos y Yoannis Yera, quienes andan por México. Si ha sacado hasta aquí la cuenta la pre-nómina dejará espacio para quienes han cargado el sol de la Serie Nacional y la Liga Elite, con las mayores posibilidades para Yunior Ibarra, Yosvany Alarcón, Yordanis Samón, Guillermo Avilés, Luis Vicente Mateo, Yadil Mujica, Pavel Quesada, Yordan Manduley, Yoelkis Guibert, José Ramón Rodríguez, Yeudis Reyes, Freddy Asiel Álvarez, entre otros.

Es decir, el equipo tendrá evidentemente un por ciento mayor de quienes se desempeñan en ligas foráneas, pero habrá siempre espacio para los de aquí. Y para un certamen de esta envergadura asumirlo así es valiente, audaz y no significa en lo absoluto que ganaremos el Clásico. Se busca ir con lo mejor que nos permita llegar a cuartos de final y luchar allí, en partidos de muerte súbita, avanzar o no a las semifinales. En realidad, se busca volver a apasionarnos con una actuación aplaudible y de calidad, aunque quedemos fuera del podio.

Ahora bien.

A la par que ponderamos esta decisión, se impone seguir siendo valiente, audaz y creativo para dar otro paso hacia lo interno. Subir la calidad de nuestros clásicos es posible. Desde la base, pasando por las series provinciales y la Serie Nacional

. Por supuesto, eso demanda recursos y dinero, que no todo podrá salir todo de los ingresos por contratos que tiene la FCB con otras ligas, sino asumiendo ideas novedosas con los actores económicos internos y externos.

Para evitar cierto desaliento o desmotivación que se aprecia en algunos peloteros ante la noticia de esta convocatoria hay que seguir pensando el béisbol cubano con un responsable, la FCB, pero en el que interactúen cientos de organismos, empresas y hasta MiPYMES. No tomar en cuenta estas ideas y otras que seguramente andan en miles de aficionados pudiera desembocar hasta en ganar el Clásico Mundial, pero no tener en casa un béisbol que estremezca o que garantice futuro.

Aplaudo la convocatoria. Aplaudo que regrese el acuerdo con la MLB (por cierto, las propias Grandes Ligas han sido decisivas para los permisos de los cubanos ante los equipos y la OFAC, por demás excepcional, para este V Clásico). Pero con la misma fuerza aplaudo no olvidar a ese niño, a ese joven, a esas decenas de jugadores élite que dedican sus vidas a fildear, lanzar y batear desde Cuba, desde nuestros estadios, sin necesidad de irse. Ese es el reto. Y no solo del béisbol, sino de un país.